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Psicoterapia Apego Psicólogo Terapeuta Trastornosdepersonalidad
Nuestra personalidad es la manera en que pensamos, sentimos y nos comportamos; es lo que nos hace distintivos de los demás. Si no tuviéramos personalidades, todos funcionaríamos de la misma manera, igual que Word para Windows funciona igual en cualquier computadora en que lo instales. Muchos factores influyen en nuestra personalidad—experiencias, entorno y genética, pero es posible que ningún factor tenga tanta influencia como nuestra primera y más significativa relación de amor: Self-Mother (sí mismo-mamá). Esa relación define como serán todas nuestras relaciones Self-Other (sí mismo-otros).
La personalidad permanece bastante estable y no debe confundirse con Temperamento. Si la personalidad define qué y porqué hacemos las cosas, el Temperamento define el “cómo” de nuestra conducta, pensamiento y sentimiento. El temperamento determina cómo reaccionamos al mundo. Si bien la personalidad tiende a ser estable, puede cambiar; el temperamento es innato y cambia poco o nada.
Si la personalidad es nuestro patrón de pensamiento, sentimiento y conducta, un Trastorno de la personalidad (TP) es un patrón de pensamiento, sentimiento y conducta que sale de la norma y las expectativas de una cultura; que causa angustia y sufrimiento por dificultar el funcionamiento, las relaciones, el desarrollo profesional… la vida de la persona.
Los patrones conductuales y de experiencia interna de un TP se empiezan a notar en la adolescencia o poco después (probablemente inicien en la infancia, pero se diagnostican hasta los 16 años porque la personalidad sigue en desarrollo hasta ese momento) y se clasifican en 10 tipos de trastornos específicos. Sin tratamiento, pueden durar para siempre (empeorando muchas veces), afectando al menos dos de estas áreas:
Los sistemas terapéuticos conductuales y cognitivos tienden a considerar los TP como “incurables”. Por lo tanto, se enfocan en modificar lo visible y más destructivo: conductas y pensamientos superficiales. Así, un curso de terapia cognitivo-conductual es útil para evitar el suicidio, que la persona deje de hacerse daño, aprenda a manifestar su ira de manera aceptable y cambie las maneras en que expresa sus necesidades por otras más adaptadas, pero el trastorno sigue intacto. El patrón de depresión, auto-rechazo, ira, emocionalidad desmedida y relaciones poco sanas e insatisfactorias continúa, haciendo muy difícil para la persona construir una vida saludable, feliz y plena. La persona puede aprender a modificar sus viejas conductas inaceptables, pero, tarde o temprano, el trastorno se manifestará en nuevas conductas autodestructivas.
Los TP son incurables, pero, habiendo dicho eso me voy a contradecir: un curso de larga duración de psicoterapia psicodinámica relacional o de terapia centrada en esquemas puede ayudar a controlar la conducta y transformar los mecanismos psicológicos que llevan a sentimientos, pensamientos y conductas inadaptadas. No será curado, pero, para fines prácticas, es casi como si lo fuera.
Trastorno de la personalidad evitativa:
Un patrón de extrema timidez y sensibilidad a la crítica, y sentimientos de ser inadecuado. Las personas con personalidad evitativa no desean relacionarse a menos de que estén seguras de ser apreciadas o queridas; pueden preocuparse por verse a sí mismas como “insuficientes” o socialmente ineptas. Dos manifestaciones conocidas son Fobia social y Agorafobia (en comorbilidad, no como única presentación).
La persona siente una necesidad extrema de ser cuidada por alguien más. Se muestra sumisa, aferrada… lo que llamamos “needy” pero en grado extremo. La personalidad dependiente encuentra difícil tomar decisiones en el día a día si no es validada y afirmada por alguien más de quien sienten que dependen, que les brinda confianza y seguridad; pueden sentirse muy incómodas o desvalidas cuando están solas por miedo a ser incapaces de cuidar de sí mismas. Dos manifestaciones conocidas de este trastorno son la hipocondría y el síndrome de Munchausen.
Patrón de inestabilidad en relaciones personales, emocionalidad híperintensa, muy mal autoconcepto, impulsividad. La persona Límite se va a los extremos para evitar ser abandonada, pero, al mismo tiempo, tiene un intenso rechazo por la intimidad y la cercanía emocional. Con este patrón, sus relaciones acaban sintiéndose como yo-yos constantemente atraídos y alejados, y, tarde o temprano, la persona acaba siendo abandonada.
Ese rechazo y abandono, en el contexto de su auto-aborrecimiento, es insoportable y causa intensa ira externalizada o internalizada, intensa depresión y sentimientos de vacío e irrealidad. La persona recurre a hacerse daño (se corta, usa sustancias, alcohol, sexo impulsivo, come sin control, apuesta, busca violencia) y 7 de cada 10 personas puede intentar suicidare al menos una vez en su vida. Por esta razón, el Trastorno límite se considera una enfermedad potencialmente fatal.
Es el TP más común y, a veces, ni la persona sabe que lo tiene; su relaciones simplemente los ven como egoístas, “drama queens”, malvados o manipuladores.
Patrón de emocionalidad y búsqueda de atención excesivas. La personalidad histriónica tiende a vestirse provocativa y exhibir conductas seductoras y coquetas de manera y en situaciones y lugares inapropiados.
Dramática, como si estuviera en escena, con emociones y expresiones exageradas, es percibida como poco sincera. Tiende a ser crédula y fácilmente influenciable. Tiene poca tolerancia a la frustración y se aburre fácilmente con la rutina, por lo que puede comenzar proyectos y nunca terminarlos o brincar de un evento a otro a lo largo de sus días.
La personalidad histriónica puede sentirse muy incómoda cuando no es el centro de atención; usa su apariencia física para llamar la atención y cambia rápida y repentinamente de una emoción a la otra, pero en casi todos los casos, la emoción será exagerada.
Patrón de necesidad de recibir admiración y de carencia de empatía hacia los demás. Todos los TP exhiben carencia de empatía: el límite, por ejemplo, siente empatía, pero la ignora por la desesperación de satisfacer sus propias necesidades urgentes, mientras que el narcisista puede no sentir empatía.
Una persona con trastorno narcisista tiene un sentido grandioso de su propia importancia, un sentido de “tener derecho” y estar empoderado. Usa, manipula y se aprovecha de los demás para su propio beneficio, pero debajo existe la misma debilidad, depresión, auto-rechazo y carencia de valor de cualquier otro TP.
Patrón de preocupación con el orden, la perfección y el control. La personalidad obsesivo-compulsiva puede enfocarse en exceso en detalles, horarios, normas y reglas, en “cómo deben ser las cosas”; puede trabajar en exceso sin darse tiempo para descansar, para el entretenimiento o para desarrollar relaciones sociales; puede ser inflexible en su moralidad, valores y expectativas.
Este trastorno no debe ser confundido con el Trastorno Obsesivo-Compulsivo; ese no es un tipo de personalidad.
Patrón de suspicacia, desconfianza y recelo hacia los demás que tiende a ver a las personas como crueles, malévola o malintencionadas. La personalidad paranoica asume que los demás le harán daño o le engañarán, por lo que no confía en, ni se acerca a los demás.
No se debe confundir con los delirios paranoicos esquizofrénicos.
Patrón de intenso desapego de las relaciones sociales y de expresión emocional extremadamente restringida. La personalidad esquizoide no busca relaciones íntimas de ningún tipo; elige estar solo y aparenta indiferencia ante elogios o crítica.
Tiene poco interés en las relaciones románticas y/o sexuales; se siente incapaz de experimentar placer e incapaz de reaccionar de manera apropiada a situaciones sociales; parece carecer de sentido del humor (normalmente, mientras todos se ríen, él/ella está analizando si la broma es una manera de ofenderle o atacarle), indiferente, frío, carente de motivación o metas.
Es uno de los trastornos de mayor sufrimiento, pues se sufre en total silencio, aislamiento y absolutamente todo es interiorizado. La personalidad esquizoide no tiene ni siquiera el alivio temporal de los momentos de amor intenso o la explosión iracunda del Límite; el placer por los aplausos del narcisista; la euforia por ser el centro de atención del histriónico; el consuelo del dependiente cuando cuidan de él… ni siquiera el placer enfermo del antisocial cuando causa daño.
Patrón de intensa incomodidad en relaciones íntimas o cercanas, con pensamiento distorsionado y comportamiento excéntrico. Una persona esquizotípica puede tener creencias bizarras o patrones peculiares de conducta y habla, puede tener también trastorno por ansiedad social.
Patrón de indiferencia y violación de los derechos y sentimientos de los demás. Desdeña las normas sociales: miente, engaña, hace trampa, abusa de los demás, incluso a grados criminales, de manera constante y repetitiva; actúa de manera impulsiva; no experimenta remordimiento ni empatía, no reconoce siquiera la humanidad de los demás.
En su grado funcional, les llaman ‘Psicópata exitoso’—presidentes de corporaciones multinacionales, cirujanos eminentes, políticos famosos, artistas súper destacados. En su grado menos funcional, son los personajes de películas de asesinos y abusadores. Contrario a lo que se piensa, este último tipo rara vez es tan inteligente como se ilustra en las series y películas.
Algunos trastornos, como el Límite, pueden tener rasgos comunes con el trastorno narcisista, histriónico, esquizoide, paranoide, obsesivo-compulsivo y antisocial. No significa que la persona tenga todos esos trastornos, sino que esos rasgos funcionan como síntomas de su enfermedad en particular.
El diagnóstico de un TP debe ser llevado a cabo por un profesional de la salud mental. Normalmente, solo es apreciado, aun con entrenamiento, después de largos procesos de pruebas psicológicas y observación del funcionamiento, las relaciones, los pensamientos/sentimientos y síntomas de la persona a largo plazo.
Es muy fácil confundir un trastorno con otro. Si consideras los síntomas de un trastorno histriónico, por ejemplo, las mismas conductas las puede exhibir la personalidad narcisista, límite y hasta antisocial. Se necesita un proceso completo y largo de análisis, estudio y observación para llegar a un diagnóstico; no concluyas que tú o alguien a quien conozcas lo tiene solo con base en estas descripciones breves, que son solo indicadores comunes, pero no son, en absoluto, la totalidad de los trastornos.
Muchas personas con un TP no reconocen tener un problema y asumen que todas las personas sentimos y pensamos igual. Normalmente, piensan que los demás simplemente han aprendido a fingir mejor y esconder sus conductas, pero que lo que sienten y piensan es lo normal. Por esa razón, entre otras, no acuden a psicoterapia y sus vidas y relaciones tienden a volverse una espiral interminable: Búsqueda de satisfacción -> desilusión -> depresión -> conducta autodestructiva -> búsqueda…
Se estima que entre 10 y 15% de la población sufre un Trastorno de la personalidad.
No existen medicamentos específicos para tratar los trastornos de personalidad. Los medicamentos psiquiátricos son solo para tratar algunos síntomas, como la depresión y los reguladores del estado de ánimo que, en la mayoría de los casos, como en el Límite, tienen un efecto mínimo y solo sirven para convencer a la persona de que está haciendo algo e evadir la psicoterapia.
Sin embargo, la primera línea de defensa será siempre la psicoterapia a largo plazo, de preferencia, una de las llamadas ‘terapias profundas’, como las psicodinámicas relacionales o la terapia centrada en esquemas, y todavía mejor si el psicoterapeuta es alguien cuyos procesos terapéuticos sen informados por la psicología del apego y la teoría de las relaciones objetales: Los trastornos de la personalidad son, esencialmente, trastornos de apego y relaciones objetales.
Por lo general, se recomienda que la terapia involucre a las relaciones cercanas del paciente, dado que los TP afectan el entorno y las relaciones tienden a exacerbar, empeorar y facilitar los sentimientos depresivos/ansiosos y las conductas destructivas y de riesgo sin saberlo.
Muchas gracias por esta publicación. Es muy inetresante y profesional.
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