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Me gustaría comenzar este blog compartiendo contigo algunas reflexiones sobre mí y sobre lo que he percibido de esta gran experiencia que llamamos vida.
Diariamente como muchos de ustedes, desempeño varios papeles, hija, madre, esposa, tía, sobrina, amiga, maestra, alumna, doctora y otros títulos más, según el lugar y la persona con quien me encuentre, pero al final, todas ellas me conforman y trato dentro de mis posibilidades, cubrir cada uno de esos puestos, aunque honestamente, no siempre con éxito y ¿saben ?, es agotador.
Pero más allá de esto, soy una mujer que cada día conoce más sobre sí misma, con incertidumbre sobre mi futuro, pero también con gran entusiasmo por conocer el mundo que me rodea.
Manejar situaciones límites siempre ha sido un reto que pone a prueba mis valores y creencias, pero soy suficientemente fuerte para afrontarlas y más allá de rechazarlas, trato de entender y reflexionar el porque me suceden, quizás es que necesito replantearme algunas creencias, redireccionar el camino y encontrar la lección de todo lo vivido, aunque no es fácil hacerlo, pero si muy necesario pues en cualquier momento, sin avisar, la vida como una maestra implacable me da una nueva lección.
Me gusta ayudar a los demás, quizás porque en los momentos en los que necesité ayuda siempre hubo una mano en quien me pude apoyar, creo firmemente en la fuerza de la comunidad, pues gracias a ella podemos unirnos, cuidarnos y no sentirnos tan desamparados, para mí, la comunidad más importante es la familia, some de ellos son de sangre y otros más de corazón, pero todos ellos muy amados y apreciados por mí.
Cuido, dentro de lo posible, de la pequeña familia que me ha tocado formar, tratando de ser congruente con mis pensamientos, acciones y sentimientos, sin embargo, mis hijos, quienes han sido grandes maestros de vida, están pendientes de limar las incongruencias invisibles que he traído cargando por varios años, y me doy cuenta que hay muchas cosas que mejorar.
Espero seguir viviendo muchos años, al menos 55 pues anhelo llegar a los 100 años y aprender algunas cosas de las muchas que aún me faltan.
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